En una villa nació, fue deseo de Dios, crecer y sobrevivir a la humilde expresión. Enfrentar la adversidad con afán de ganarse a cada paso la vida. En un potrero forjó una zurda inmortal con experiencia sedienta ambición de llegar. De cebollita soñaba jugar un Mundial y consagrarse en Primera, tal vez jugando pudiera a su familia ayudar...